¡Zucchini!

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¡Me enorgullece presentar al mundo mis primeros zucchinis (o calabacines, en buen castellano)! Mi primer intento de cultivar ayotes y zucchinis hace dos años fracasó con gran éxito: el lugar y el suelo no eran apropiados, y mi falta de experiencia tampoco ayudó. Finalmente las plantas fallecieron sin haber producido un solo fruto, y no sin antes haber sufrido un ataque de oídio y una infestación de áfidos. Fue una experiencia muy triste...

Este año, en un jardín con mejor ubicación y más luz solar; y con un poquito más de experiencia en jardinería y una pila de compost maravillosa (a la que le tengo un cariño casi maternal y le dedicaré un post un día de estos), por fin logré obtener flores y frutos sanos. Los dos en la foto son los primeros en estar casi listos para la cosecha. 

Un dato curioso sobre las plantas de la familia de las cucurbitáceas es que las plantas producen flores macho y hembra separadas. En caso de que no haya cerca suficientes insectos que se encarguen de polinizar las flores, se recomienda polinizarlas a mano. Si bien nuestro jardín tiene muchas flores que lo hacen un lugar bastante amigable para las abejas, para mayor seguridad trato de polinizarlas a mano con un pincel pequeño de maquillaje (dado que el maquillaje no es lo mío, mejor darles un buen uso). Encontré en este blog una guía y un muy buen video sobre como diferenciar las flores macho y hembra y como polinizarlas.