Ortiga (Urtica dioica L.)

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La ortiga es una de mis plantas favoritas. Puede parecer extraño tener tanto aprecio por una planta que inyecta la piel al contacto con un líquido que contiene histamina y otras sustancias que causan una dolorosa irritación y un adormecimiento que puede permanecer por horas. Sin embargo, a pesar de esto, la humilde ortiga es tan versátil que se le llega a tener cariño. Además, una vez que se le conoce bien, es posible tomar las hojas en forma tal que se aplasten los vellos urticantes antes de ortigarse. Claro, este conocimiento no será de mucha utilidad en caso de que uno caiga por accidente (o sea arrastrado por su perro) en un área cubierta de ortigas...

Si bien nunca he leído la novela "Los Miserables", de Victor Hugo (y no sé si llegaré a leerla en algún momento de mi vida), al investigar para este artículo me encontré con esta excelente cita: "Cuando la ortiga es nueva, su hoja es una excelente legumbre; cuando envejece, tiene filamentos y fibras como el cáñamo y el lino. La tela de ortiga sería tan buena como la tela de cáñamo. Picada, la ortiga es buena para las aves; molida, es buena para los animales de cuernos. La semilla de la ortiga, mezclada con el forraje, da lustre al pelo de los animales; su raíz, mezclada con sal, produce un hermoso color amarillo. Por lo demás, es un excelente heno que se puede segar dos veces. ¿Y qué necesita la ortiga? Poca tierra, ningún cuidado, ni cultivo alguno."

Las ortigas saliendo por encima de las hojas secas del año pasado.

Puedo dar fe de lo dicho en la última oración: la ortiga crece en mi jardín sin ningún esfuerzo de mi parte, y también es muy abundante a la orilla de los bosques y campos cercanos. Esta planta perenne se puede encontrar en todo el planeta. Si bien hay varias especies diferentes de Urtica, e incluso algunas subespecies de U. dioica (varias de las cuales no tienen vellos urticantes), la mayoría de la literatura se refiere simplemente a U. dioica, conocida también como la ortiga mayor, nativa de Europa y Asia. El nombre urtica se deriva de la palabra latina uro (quemar), mientras que dioica viene del griego y significa "dos casas", lo que refleja el hecho de que las flores hembra y macho crecen en plantas separadas. La ortiga puede alcanzar más de 1 metro de altura. Su tallo es cuadrado, y sus hojas de margen serrado son fáciles de reconocer. Entre junio y septiembre aparecen las flores verdes en largos racimos colgantes. Es posible distinguir las flores macho y hembra, sin embargo esto no me parece tan fácil, ya que son bastante parecidas. La planta se propaga mediante rizomas y estolones subterráneos, con lo que puede llegar a extenderse en grandes áreas. 

En esta foto es más fácil distinguir los vellos urticantes.

Al ver esta simple hierba es difícil imaginarse las propiedades nutritivas que tiene. La ortiga es excelente fuente de vitaminas A y C, hierro, calcio y otros minerales. También contiene flavonoides, taninos y derivados del ácido caféico, entre otras sustancias que contribuyen también a sus propiedades medicinales. 

Para usar las hojas de ortiga en la cocina hay que pasarlas rápidamente por agua caliente, lo que "mata" la acción urticante y permite que se les pueda usar igual que las espinacas. En Alemania, la ortiga es a menudo un ingrediente de la Gründonnerstagsuppe ("sopa del Jueves Santo"—artículo en inglés). Tradicionalmente se preparaba esta sopa con las primeras hierbas que surgen para darnos energía después del invierno frío, largo y oscuro. Algunas recetas mencionan siete hierbas, otras nueve, y la combinación de éstas puede variar según gusto y disponibilidad, pero la ortiga casi siempre está presente. 

En cuanto a los usos medicinales, las hojas de ortiga y sus preparaciones se usan en forma interna y externa para tratar un gran número de padecimientos, incluyendo problemas reumáticos, males de los riñones y vías urinarias, síntomas de alergias estacionales y problemas de la piel como eczema y psoriasis. Desde la época de los antiguos romanos (y probablemente mucho antes) la gente se azotaba con ramas de ortiga para calentar el cuerpo y aliviar dolores, una terapia llamada "urticación" que algunos valientes individuos aun practican. En línea con la idea de la sopa del Jueves Santo, la ortiga también puede ser parte de una "limpieza de primavera" del cuerpo, en mezclas de hierbas usadas como "tónicos de primavera", o simplemente como té tomado varias veces al día. La tintura en alcohol de las hojas puede frotarse en el cuero cabelludo para estimular el crecimiento del cabello, y la ortiga es ingrediente de muchos productos capilares disponibles en el mercado para tratar la caspa y el cuero cabelludo graso. También se ha encontrado que la raíz de ortiga puede ayudar en el tratamiento de problemas asociados con el crecimiento de la próstata.

En el otoño, una vez pasada la floración, se puede recolectar las semillas de ortiga. Yo corto los racimos, los dejo secar en el horno a baja temperatura, y luego los froto cuidadosamente con las manos para separar las semillas. Es un proceso algo laborioso, pero las semillas tienen muy buen sabor (me gusta ponerlas sobre el pan con mermelada), e incluso se les considera un "super alimento".

En línea con la cita de Victor Hugo, también debo referirme al uso de fibras de ortiga para confeccionar prendas de vestir. Si bien es un arte que ha perdido importancia y que actualmente solo se lleva cabo en pequeña escala, se puede mencionar que Alemania y Austria emplearon estas fibras para confeccionar uniformes militares durante la Primera Guerra Mundial, debido a la escasez de algodón. 

Estoy segura de que es posible seguir describiendo usos de la ortiga por páginas y páginas; pero como debo parar en algún momento, concluyo mencionando su uso en la jardinería: el purin de ortiga (una preparación bastante apestosa pero muy efectiva que se hace al dejar fermentar las hojas en agua por varias semanas) es un excelente abono y repelente de plagas. Y finalizo con un dato curioso: en Francia, el purin de ortiga ha sido sujeto de discusión por décadas. Su venta, publicidad, e incluso el explicarle a otras personas como prepararlo, estuvieron prohibidas por varios años, con la justificación de que se trata de una preparación similar a los fertilizantes y agroquímicos. Quien tenga tiempo, conocimientos de la lengua francesa, y ganas de sumergirse en los más profundos absurdos de la burocracia está cordialmente invitado a leer aquí un resumen de la situación. 


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