Diente de león (Taraxacum officinale)

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Desde hace varias semanas tenía pendiente sentarme a escribir sobre el diente de león, una planta que está llena de sorpresas: no es fácil adivinar que esta pequeña hierba, que crece casi en cualquier parte y que a menudo se considera una maleza nociva, puede tener tantos usos culinarios y medicinales.

Buscando información para escribir este artículo, encontré que en algunos lugares (muchos de ellos ubicados en Norteamérica) la presencia de diente de león en el jardín es incluso ilegal, lo que hace que esta planta sea el blanco de muchos químicos herbicidas. Me alegra mucho que las autoridades de estas poblaciones no conocen mi jardín, si no fuera así ya habría sido arrestada...

A las abejas también les gusta.

Comienzo indicando que los "haters" quizás tengan razón en algunas cosas, acerca del diente de león, por ejemplo en que es extremadamente resistente, que puede crecer y prosperar en muchos ambientes, y también en que se propaga con mucha facilidad. El género Taraxacum comprende muchísimas especies y subespecies. Se originó probablemente en Grecia o en el norte del Himalaya, y luego se propagó a través de Asia y Europa. Actualmente se le encuentra prácticamente en todo el planeta, en todo tipo de climas, incluyendo zonas árticas, alpinas y tropicales. En un interesante artículo escrito por Susan Mahr para la Universidad de Wisconsin-Madison encontré una explicación graciosa de la existencia del diente de león, la cual me pareció tan buena que tengo que hacer aquí un intento de traducción: “El diente de león no tiene origen: parece que comenzó a existir con el "Big Bang" y se dispersó por todas las dimensiones del tiempo y el espacio, como la radiactividad natural y la lógica." 

Realmente puede crecer en cualquier tipo de suelo...

Se trata de una hierba perenne cuyas hojas crecen en una estructura circular (roseta). Las hojas son alargadas, y su forma puede variar mucho: por ejemplo, puede haber hojas de borde liso u hojas dentadas con mayor o menor profundidad. Las conocidas flores amarillas surgen de tallos huecos que pueden alcanzar hasta 50 cm de altura. Estas flores nos indican que el diente de león es parte de la familia de las asteráceas (que incluye otras flores de forma similar como las margaritas, manzanilla, caléndulas y girasoles). Después de la flor se forma el característico fruto esférico, conocido como cipsela, compuesto de pequeñas semillas con filamentos (llamadas vilanos o papus) que les permiten propagarse fácilmente con el viento. Todas las partes de la planta secretan al romperse una sustancia lechosa (látex) que puede causar manchas. También tiene una raíz primaria gruesa y fuerte, que puede hacer muy difícil arrancarla.

El origen del nombre científico Taraxacum es incierto: algunos académicos consideran que viene de una palabra árabe que significa "hierba amarga", mientras que otros han dicho que se origina más bien en un conjunto de palabras griegas relacionadas con la cura de enfermedades. La segunda palabra del nombre científico, officinale, es más fácil: a menudo acompaña al nombre de plantas medicinales de uso común, ya que su significado literal es "de o perteneciente a una officina", que era la parte de los monasterios en la que se preparaban y se guardaban las medicinas. Si bien hay diversos nombres comunes en español para esta planta, el más común de los comunes es "diente de león", aunque no está muy claro el porqué: este nombre podría referirse a la forma de las hojas o de otras partes de la planta. También es interesante el nombre francés, pissenlit, que hace referencia a las propiedades diuréticas, ya que significa literalmente "meacamas", un nombre que a veces también se le da a la planta en español.

Tanto las partes aéreas como las raíces del diente de león tienen usos medicinales. Entre sus muchos constituyentes se encuentran glucósidos amargos y flavonoides. Tradicionalmente se le ha empleado para tratar problemas digestivos, pérdida de apetito y problemas de la vesícula biliar. También se utiliza como diurético, por lo que puede ayudar a mejorar los problemas de las vías urinarias. En general, las preparaciones de hierbas amargas se han usado tradicionalmente como tónicos para estimular el apetito y mejorar la digestión, y el diente de león puede ser un ingrediente de éstas. Debe tenerse cuidado en caso de alergia o sensibilidad a plantas de la familia de las asteráceas.

En cuanto a los usos culinarios, tanto hojas como flores son comestibles. Las hojas de diente de león son buena fuente de vitamina C, calcio, potasio, magnesio y hierro. Pueden comerse frescas o cocidas, por ejemplo en ensaladas o sopas. El cocinar las hojas o mezclarlas con otros vegetales puede ayudar a reducir el  gusto amargo. Las flores también se pueden usar para preparar un vino, algo que inmortalizó uno de mis escritores favoritos, Ray Bradbury. Nunca he probado el vino hecho con las flores (aquí una receta), pero una vez preparé un vino medicinal colocando en vino tinto las raíces picadas de varias plantas (el diente de león entre ellas) y dejando reposar por algunas semanas. Las raíces tostadas y molidas también se usan como sustituto del café, pero en este caso prefiero honrar mis raíces costarricenses y quedarme con el café de verdad.

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